Todos los que trabajamos en el mundo de los eventos solemos ver, con frustración, como a veces se desperdicia mucha comida del servicio de catering. Abanderando el “más vale que sobre que no que falte” tenemos tendencia a poner mucha más cantidad de la que realmente es necesaria. Y claro, luego pasa lo que pasa. En Dcollab estamos trabajando para celebrar eventos cada vez más sostenibles y este tema es un quebradero de cabeza constante. Bien, pues tras darle muchas vueltas al asunto, hemos visto que si que con pequeños cambios podemos evitar que parte del catering que preparamos con tanto mimo acabe en desperdicio.


Antes del evento

Cuantificar las cantidades: Al especificar en los menús las cantidades/unidades que se servirán de cada plato el cliente tendrá una información más concisa de qué cantidad de comida está encargando. Así podrá hacer una estimación realista de qué es exactamente lo que se servirá y de cuánto necesita contratar.

Avisar a los invitados de que habrá catering: puede parecer muy evidente pero es importante informar a los invitados de que en el evento al que acudirán se servirá catering. ¿A quién no le ha pasado presentarse recién desayunado en un evento donde te encuentras con unos bizcochos de ensueño? Evitemos hacer pasar a nadie por semejante mal trago incluyendo toda la información en la invitación al evento.

¿Cuántos asistentes habrá? Si, es la pregunta del millón. Sabemos que a veces es prácticamente imposible dar una cifra exacta pero cuanto más concretos seamos más adecuada será la cantidad de comida y evitaremos que se queden platos sin tocar.


Durante el evento

Menús modulables: ¿esto qué es? Consiste en elaborar un menú con opción a ser ampliado sobre la marcha durante el evento. Es decir, el menú consiste de unos platos fijos. ¿Qué vemos que se está acabando? Se puede sacar una segunda ronda de platos elaborados en el momento con alimentos no perecederos. De esta manera siempre hay un plan B para que nadie se quede con hambre pero no generamos desperdicios si finalmente no hay necesidad de servir más comida.

Responsabilidad: Aquí toca hacer un llamamiento a cada invitado de cualquier evento: hay que ser responsable con el consumo que hacemos. Es decir, coger solo aquello que nos vayamos a comer o no servirnos otra bebida hasta que no hayamos terminado la anterior. Así evitaremos tener que tirar todas las sobras de los platos y vasos que se quedan a medias.


Después del evento

Una de las mejores opciones es meter las sobras en cajitas o bolsas 100% biodegradables y hacer un estupendo “take away” para los invitados o empleados del evento. ¡Seguro que a más de uno le solucionamos la cena de ese día!

Historial de clientes: Hay clientes que celebran eventos similares de forma periódica. Una buena idea es ir elaborando un historial de los gustos de los asistentes: son más de fruta que de bizcocho, prefieren platos fríos que calientes, etc. Así, la próxima vez podremos adaptar el catering a sus gustos y evitar que las opciones “menos exitosas” acaben en la basura.

Como veis, evitar los desperdicios de comida es un trabajo de equipo entre los responsables del catering, el cliente que celebra el evento y los invitados. Pero todo es cuestión de estar un poco concienciados y entre todos arrimar un poco el hombro para que, poco a poco, cada evento del que formemos parte sea un poco más sostenible.


Foto: Iris Humm - All Those Market